viernes, 1 de julio de 2011

Tememos al cambio cómo a la misma monotonía

Planes para el futuro, proyectos de vida, lista de cosas por hacer o quizás una agenda por cumplir. ¿Quién no ha hecho alguna de estas cosas? ¿Quién no se ha organizado en algo? Sin duda todos queremos cumplir metas, cumplir sueños, anhelamos el futuro, nos preparamos para algo.
Aveces lo que tenemos preparado para nosotros se cumple, hicimos lo que teniamos organizado para aquel día, para aquella semana o mes. Pues muchas veces aquello que habiamos planeado no sucedió cómo quisimos, no fué lo que esperabámos ni lo que creíamos. Quizás fué aquella pequeña nota que no te dejó entrar en la universidad que querías, quizás fue ese llamado que te impidio ir a aquella cita, quizás fué esa persona que no tenías escrita en tu itinerario de vida. Pero simplemente fue fuera del plan. Es aqui cuando nos asustamos, el miedo a no lograr lo que queríamos nos asusta, porque algo o alguien nos ha cambiado todo. Aquel hijo que no esperábamos, ese amor que no queríamos, un accidente que no estaba en la historia, puede ser cualquier cosa. Pero sea lo que sea nos asusta, tememos al cambio cómo a la misma monotonía. Y nos sentimos completamente atrapados en esta realidad que no esperabamos. Sin embargo, lo que no sabemos, lo que ignoramos, o simplemente lo que no vemos, es que la vida no es aquello que planeamos que suceda, si no aquello que sucede mientras planeamos otras cosas.
¿Quién dijo que no lo podríamos lograr de otras formas? ¿Quién dijo que un contratiempo nos haría perder? Pero más aun ¿Quién dijo que no puedo lograr otras cosas? Metas, metas y metas. Hay muchas, demaciadas quizás... Pero son las que nos mantienen vivos, nos mantienen no sólo a pie si no que caminando, luchando, aspirando pero sobre todo viviendo. Si alfinal de cuentas, los planes son el borrador, la espontaneidad de la vida es la copia verdadera.


No hay comentarios:

Publicar un comentario